"Sáname, oh Señor, y seré sanado; sálvame, y seré salvo, porque tú eres mi alabanza."Jeremías 17:14.
Este versículo refleja una profunda dependencia en Dios tanto para la sanación física como espiritual. Jeremías clama con una fe sincera, reconociendo que solo en Dios puede hallar salvación y sanidad verdadera. Nos recuerda que, en medio de nuestras debilidades y aflicciones, es en Dios donde encontramos restauración, y que al hacerlo, nuestras vidas pueden convertirse en testimonio de alabanza y gratitud hacia Él.