vere mi bendición

Bienaventurado todo aquel que teme a Jehová,Que anda en sus caminos. Cuando comieres el trabajo de tus manos,Bienaventurado serás, y te irá bien. Salmos 128:1-2

El temor de Dios y la obediencia a sus caminos no son una carga, sino una fuente de bendición. Este pasaje nos recuerda que la verdadera felicidad no está en los logros vacíos ni en el reconocimiento humano, sino en vivir conforme a la voluntad de Dios. Cuando trabajamos con integridad y caminamos en obediencia, Él promete darnos fruto y bienestar. Es una vida sencilla, pero llena de paz, propósito y satisfacción.

Temer a Dios es vivir con reverencia y confianza, sabiendo que sus caminos conducen al bien. Y en ese andar, Él bendice incluso lo más cotidiano: el trabajo de nuestras manos y el sustento diario.