”Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; Mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio”. Salmos 18:2
Tú, Señor, eres mi fuerza y mi protector, pondré mi mirada fija en las revelaciones del reino. Soy como un arquero que dispara la flecha y da en el blanco. Declaro que tú eres mi protección y mi refugio, tú eres la roca que me protege, mi escudo en contra de mis enemigos. Tu eres el poder que me salva y mi más alto escondite. Tu eres quien me salva de la enfermedad, de la ruina, del pecado y de todo aquello que esté esperando mi derrota. En mi angustia te llamaré y desde tu santuario te levantaras a pelear a mi favor. Para mí no existe derrota, para mi familia no existe ruina, para mis negocios no existe el fracaso. Estoy ungido hasta los huesos y repleto de tu presencia! 🔥🔥🔥