Proverbios 4:23 “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida.”
El corazón es el centro de nuestras decisiones, pensamientos y emociones.
Por eso Dios nos llama a protegerlo con cuidado, evitando aquello que lo contamina y abrazando lo que lo fortalece. Todo lo que dejamos entrar —palabras, pensamientos, influencias, actitudes— termina moldeando quiénes somos. Cuando guardamos el corazón en la verdad de Dios, la vida que fluye de él es limpia, firme y llena de propósito. La verdadera vida surge de un corazón alineado con la voluntad del Señor.
Oración: Señor, ayúdame a cuidar mi corazón con sabiduría. Líbrame de todo lo que quiera contaminarlo y llénalo de tu paz, tu verdad y tu presencia. Que mis decisiones y mis pasos fluyan de un corazón saludable y entregado a ti. Amén.
