El Verbo hecho carne

Juan 1:14. Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.

Este versículo encapsula la esencia del misterio de la encarnación. Jesús, el Verbo eterno de Dios, se hizo humano para vivir entre nosotros, revelando la gloria de Dios en una forma accesible y tangible. Su presencia no fue distante ni imponente, sino cercana, llena de gracia para perdonar y de verdad para transformar. Esto nos recuerda que Dios no es ajeno a nuestras luchas, sino que entra en nuestra realidad para traer luz y esperanza.