Lucas 1:46-47 "Entonces María dijo: Mi alma glorifica al Señor, y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador."
Esta declaración de María, conocida como el Magníficat, refleja una profunda humildad y gratitud hacia Dios. Nos enseña que el verdadero gozo nace de reconocer la grandeza de Dios y su acción en nuestras vidas. María, aun siendo humilde y sencilla, exalta a Dios con todo su ser, recordándonos que nuestra adoración debe surgir de un corazón lleno de gratitud y reconocimiento de Su salvación y misericordia.