luz y esperanza

Isaías 9:6. Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.

Esta profecía revela la esperanza de la humanidad: el nacimiento de un Salvador que lleva en sí mismo la autoridad divina y la paz eterna. Jesús, anunciado aquí, es el cumplimiento del amor de Dios hacia el mundo. Cada uno de los nombres —Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno y Príncipe de Paz— describe su carácter y misión. No solo es Rey y poderoso, sino también cercano y eterno, capaz de guiar, sostener y traer verdadera paz a nuestras vidas.

Es un recordatorio de que en tiempos de oscuridad, Dios provee luz, esperanza y un camino seguro a través de su Hijo.