siembra con fe

Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento. 1 Corintios 3:7

En un mundo donde a menudo buscamos reconocimiento por nuestras acciones, este versículo nos recuerda una gran verdad: el verdadero poder y fruto provienen de Dios. Podemos sembrar y esforzarnos, pero es Él quien transforma, quien hace crecer, quien da vida. Esto nos libera del orgullo y de la carga del resultado, y nos invita a confiar en que, cuando Dios está en el centro, todo florece a su tiempo.

Confía, siembra con fe, y deja el crecimiento en manos del Señor.