Mas yo a Jehová miraré, esperaré al Dios de mi salvación; el Dios mío me oirá. Miqueas 7:7
En medio de la oscuridad, la traición o la injusticia, el profeta Miqueas elige levantar la mirada y confiar en Dios. No se deja arrastrar por el caos que lo rodea, sino que pone su esperanza en Aquel que salva y escucha. Esta es una invitación poderosa para nosotros: cuando todo falle, cuando los recursos humanos se agoten, aún podemos esperar en Dios. Él no es indiferente a nuestro clamor. Nuestra fe no está en las circunstancias, sino en un Dios vivo que responde. Confía, espera y mira al cielo: Dios te oye.