Efesios 4:8. "Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, y dio dones a los hombres".
Este versículo resalta la victoria de Cristo sobre el pecado y la muerte. Al ascender, Cristo liberó a los cautivos del poder del mal y, en su triunfo, otorgó dones a su pueblo. Estos dones son espirituales, y son dados para edificar a la iglesia y fortalecer la unidad entre los creyentes. La victoria de Cristo no es solo sobre la opresión, sino también un acto generoso de distribución de gracia y habilidades para el servicio.