Nunca más te llamarán Desamparada, ni tu tierra se dirá más Desolada; sino que serás llamada Hefzi-bá, y tu tierra, Beula; porque el amor de Jehová estará en ti, y tu tierra será desposada. Isaías 62:4
Este versículo refleja una promesa de restauración y transformación. Dios asegura a su pueblo que ya no serán llamados "desamparados" ni su tierra "destruida", sino que recibirán un nuevo nombre lleno de esperanza: "Mi deleite está en ella" y "Desposada". Esta promesa simboliza el amor incondicional y la redención divina, transformando el sufrimiento en gozo y el abandono en una relación íntima con Dios. Es un recordatorio de que, aun en tiempos de desolación, Dios ofrece renovación y propósito.