un plan mayor

"Porque la tierra será llena del conocimiento de la gloria de Jehová, como las aguas cubren el mar." Habacuc 2:14

En medio de tiempos difíciles, Habacuc recibió una promesa gloriosa: llegará el día en que la gloria de Dios será conocida en toda la tierra. Esta verdad nos llena de esperanza. Aunque hoy veamos injusticia y confusión, Dios está obrando un plan mayor. Su presencia no se quedará oculta; así como el mar no puede contener las aguas, el mundo no podrá ignorar Su gloria. Esperemos con fe: lo que Dios ha prometido, lo cumplirá.


digno de confianza

"Es, pues, la fe, la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve." Hebreos 11:1

La fe es el ancla del corazón que nos sostiene cuando aún no vemos el cumplimiento de las promesas de Dios. No se basa en lo que sentimos ni en lo que podemos comprobar con nuestros ojos, sino en la confianza firme en el carácter fiel de Dios. Aunque las circunstancias parezcan inciertas, la fe nos da seguridad: sabemos que Él obra incluso en el silencio. Caminar por fe es creer que lo invisible de hoy será la victoria de mañana, porque quien lo prometió es digno de confianza.


nuestro Rey

"¡Bendito el Rey que viene en el nombre del Señor! Paz en el cielo y gloria en las alturas." Lucas 19:38

Cuando Jesús entró en Jerusalén, fue reconocido como el Rey prometido, aquel que traía esperanza y salvación. Hoy, también somos invitados a proclamar su realeza en nuestras vidas. Reconocerlo como nuestro Rey es rendirle el corazón, confiar en su paz y vivir para su gloria. Que cada día nuestras palabras y acciones sean una alabanza viva, honrando al que vino a darnos vida eterna.

siembra con fe

Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento. 1 Corintios 3:7

En un mundo donde a menudo buscamos reconocimiento por nuestras acciones, este versículo nos recuerda una gran verdad: el verdadero poder y fruto provienen de Dios. Podemos sembrar y esforzarnos, pero es Él quien transforma, quien hace crecer, quien da vida. Esto nos libera del orgullo y de la carga del resultado, y nos invita a confiar en que, cuando Dios está en el centro, todo florece a su tiempo.

Confía, siembra con fe, y deja el crecimiento en manos del Señor.


verdadero adorador

Juan 4:23 Pero la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren.

Dios no busca adoración superficial, sino corazones sinceros que lo adoren desde lo profundo. Jesús nos revela que la verdadera adoración no depende de un lugar físico, sino de una conexión real con el Padre, guiada por el Espíritu y basada en la verdad. Hoy, más que nunca, Dios te busca a ti no por lo que haces, sino por cómo le entregas tu corazón. Que tu adoración sea un reflejo de una relación viva, honesta y apasionada con Él.

ofreció perdon

Juan 8:11 "Ni yo te condeno; vete, y no peques más."

En medio de la vergüenza y la acusación, Jesús respondió con gracia. No ignoró el pecado, pero ofreció perdón y una nueva oportunidad. Estas palabras revelan el corazón de Dios: no busca destruirnos por nuestros errores, sino restaurarnos.

Él no nos condena cuando venimos a Él con sinceridad. Nos llama a levantarnos, a dejar atrás el pasado y caminar en una vida nueva. Su gracia no es una excusa para seguir en lo mismo, sino el poder para cambiar.

Hoy, si te sientes acusado o derrotado, recuerda: Jesús te extiende misericordia. Acéptala y comienza de nuevo.


mientras esperas

Salmos 40:1 Pacientemente esperé a Jehová, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor.

Esperar con paciencia no es fácil, especialmente cuando el corazón clama con urgencia. Pero este verso nos recuerda que Dios no es indiferente a nuestro dolor. Él se inclina, se acerca con ternura, y escucha. No estamos solos en el silencio; cada oración, cada suspiro, llega a Su oído. Aunque la respuesta tarde, Su fidelidad nunca falla. Confía: Dios ya está obrando mientras esperas.

nueva vida

Romanos 6:4 Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.

Este versículo nos recuerda que el bautismo no es solo un símbolo, sino una declaración poderosa: hemos muerto al pecado y resucitado a una nueva vida en Cristo. Así como Jesús venció la muerte, nosotros hemos sido llamados a vivir en la libertad y plenitud de una vida transformada. No somos los mismos de antes. La gracia nos invita a dejar atrás la vieja naturaleza y a caminar cada día como hijos e hijas del Dios viviente, reflejando Su gloria en cada paso. Vive hoy con propósito: tu nueva vida es un testimonio del poder de la resurrección.


sigue esperando con fe

Ciertamente ninguno de cuantos esperan en ti será confundido; serán avergonzados los que se rebelan sin causa. Salmos 25:3.

Esperar en Dios nunca es en vano. Aunque a veces parezca que el mal prospera y que la justicia se retrasa, Dios honra a quienes confían en Él. Esta promesa nos asegura que los que ponen su esperanza en el Señor no serán avergonzados, porque Él es fiel. Mientras el mundo se burla o duda, el que espera en Dios verá Su salvación. La vergüenza no es para el que confía, sino para el que se rebela contra su voluntad. Sigue esperando con fe: tu confianza está segura en las manos de Dios.


ora creyendo

Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá. Marcos 11:24

La fe no es solo esperar que algo suceda, sino creer con certeza que Dios ya está obrando, incluso antes de ver el resultado. Jesús nos invita a orar con confianza, no como quien lanza una esperanza al viento, sino como hijos que saben que su Padre escucha y responde. Cuando oras creyendo, estás reconociendo el poder de Dios y Su fidelidad para cumplir Sus promesas. Así, la oración se transforma en un acto de confianza total, donde el corazón descansa en que lo que se ha pedido conforme a Su voluntad, ya es una realidad en el cielo.


su voz sigue llamando

He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. Apocalipsis 3:20

Jesús no fuerza la entrada, Él llama con amor y paciencia. Este versículo nos recuerda que la comunión con Dios está a una decisión de distancia: abrirle el corazón. Él desea estar cerca, compartir nuestra vida y transformarla desde adentro. Su voz sigue llamando hoy. ¿Lo escuchas? Ábrele la puerta y experimenta una relación viva y personal con el Salvador.


el leon ruge

Si el león ruge, ¿quién no temerá? Si habla Jehová el Señor, ¿quién no profetizará?. Amós 3:8

El león ruge, imponiendo su dominio sobre las criaturas de la tierra, mientras su voz resuena en lo más profundo de nuestro ser, quebrando las estructuras obsoletas que carecen del ADN del reino celestial. Este grito de guerra en las alturas sacude hasta los cimientos de las creaciones humanas que no encuentran su raíz en lo divino.

Este rugido del león en las alturas establece una genética de reino poco convencional, desafiando a los dogmas religiosos. No se trata de formas ni métodos, y mucho menos de una religión; es la generación del Padre, son sus frutos y es su verdadera iglesia!

sigue confiando

Porque tú, oh Jehová, bendecirás al justo; Como con un escudo lo rodearás de tu favor. Salmos 5:12

El favor de Dios no es algo que se gana, es un regalo que Él da por amor. Cuando caminamos con integridad, Él nos cubre, nos protege y nos rodea con su gracia como un escudo invisible.

No importa cuán grande sea la batalla, si estás cubierto por el favor de Dios, estás en el lugar más seguro. Sigue confiando, porque su bendición te acompaña dondequiera que vayas.

No te preocupes, Dios cuidará de ti

No he visto justo desamparado. Salmo 37:25 

Si te preocupa llegar a fin de mes, sigue leyendo: “Por el Señor son ordenados los pasos del hombre, y a Él le agrada su camino. Aunque caiga, no quedará postrado, porque El Señor lo sostiene de la mano. Joven fui, y ya he envejecido, pero no he visto justo desamparado, ni su descendencia que mendigue pan” Salmo 37:23-25.

Puede que hoy estés al borde del precipicio, pero Dios no te dejará caer. Y si lo haces, Él te atrapará. “Comerás en abundancia… y alabarás el nombre del Señor tu Dios, que ha hecho maravillas por ti” Joel 2:26. 


Deja de intentar resolverlo todo y comienza a apoyarte en Dios. “Confía en El Señor y haz el bien, así vivirás seguro en la tierra y tendrás éxito. Deléitate en El Señor, y El te concederá los deseos de tu corazón. Encomienda al Señor todo lo que hagas; confía en El, y El te ayudará” Salmo 37:3-5. 


Puede que Dios no te dé todo lo que quieres, pero sí te dará todo lo que necesitas: “No se preocupen por estas cosas, diciendo: “¿Qué comeremos? ¿Qué beberemos? ¿Con qué nos vestiremos?”. Estas cosas dominan el pensamiento de los incrédulos, pero su Padre celestial ya conoce todas sus necesidades. Busquen el reino de Dios por encima de todas las cosas y vivan con justicia, y El les dará todo lo que necesiten” Mateo 6:31-33.


“Entreguen sus cargas al Señor, y El cuidará de ustedes” Salmo 55:22. ¡No se preocupen, Dios cuidará de ustedes!


su palabra es eterna

El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. Mateo 24:35

 

En un mundo donde todo cambia —gobiernos, modas, ideas, incluso las circunstancias de nuestra vida— esta promesa nos da una roca firme donde apoyarnos. Jesús declara que su Palabra es eterna, inmutable, confiable. Todo lo que ves puede desaparecer, pero lo que Él ha dicho permanece.

Aférrate hoy a sus promesas. No importan las tormentas ni la incertidumbre: su Palabra sigue viva y poderosa, guiando, consolando y sosteniéndote siempre.

es una batalla constante

Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos.1 Timoteo 6:12.

La vida cristiana no es una pasividad espiritual, es una batalla constante por mantenernos firmes en la fe, aun cuando el mundo empuje en dirección contraria. Pablo nos anima a luchar, pero no con nuestras fuerzas, sino aferrándonos a la vida eterna que ya nos ha sido dada en Cristo. No peleamos por obtenerla, peleamos porque ya la tenemos. Cada decisión, cada prueba, es una oportunidad para demostrar que creemos y confiamos en lo que Dios ha prometido. Así, peleamos con esperanza, no con temor.


una hermosa herencia

Salmos 127:3 He aquí, herencia de Jehová son los hijos; Cosa de estima el fruto del vientre.

Este versículo nos recuerda que los hijos son un regalo de Dios, una bendición que debe ser valorada y cuidada. En un mundo donde muchas veces se ve la familia como una carga o una responsabilidad pesada, la Biblia nos invita a cambiar nuestra perspectiva: los hijos no son un obstáculo, sino un tesoro. Criarlos con amor, paciencia y guiarlos en el camino de Dios es una manera de honrar ese regalo divino.

un legado de fe

En Génesis 23, vemos a Abraham comprando un terreno para sepultar a su esposa Sara. Aunque Dios le había prometido la tierra de Canaán, Abraham aún no la poseía. Sin embargo, en lugar de reclamarla como su derecho, paga el precio justo por la cueva de Macpela.

Este pasaje nos enseña sobre la fe y la integridad. Abraham sabía que Dios cumpliría Su promesa en el tiempo perfecto, así que actuó con paciencia y respeto. En nuestra vida, podemos enfrentar situaciones donde queremos apresurar los planes de Dios, pero como Abraham, debemos confiar en que Él cumplirá Su palabra en el momento adecuado.


Dios nos llama a vivir con integridad y fe, sabiendo que lo que Él ha prometido es seguro. Así como Abraham preparó un lugar para su esposa, confiemos en que Dios está preparando un lugar para nosotros y que Su fidelidad nunca falla.


cofianza total en Dios

Génesis 22 nos presenta una de las pruebas más difíciles en la vida de Abraham: Dios le pide que ofrezca a su hijo Isaac en sacrificio. Lo sorprendente no es solo la petición, sino la respuesta de Abraham. Sin dudar, obedece porque confía plenamente en que Dios proveerá.

Y así fue. Cuando Abraham levantó el cuchillo, Dios lo detuvo y le mostró un carnero como sacrificio en lugar de su hijo. Aquí vemos una verdad poderosa: Dios nunca nos pide algo sin propósito y siempre provee lo necesario en el momento justo. Cuando enfrentamos pruebas que parecen ilógicas o demasiado difíciles, recordemos que Dios es fiel. Él ve más allá de lo que nosotros podemos ver y, como con Abraham, nos mostrará su provisión en el tiempo perfecto. "Dios proveerá" (Génesis 22:14) no es solo un lema, es una realidad para quienes confían en Él.


Dios cumple Sus promesas 3

Génesis 21 nos muestra la fidelidad de Dios al cumplir Su promesa a Abraham y Sara con el nacimiento de Isaac. Aunque parecía imposible debido a su avanzada edad, Dios obró en Su tiempo perfecto.

Esto nos recuerda que Dios nunca olvida lo que ha prometido. Aunque las circunstancias parezcan contrarias, Su plan sigue en marcha. Debemos confiar en Su fidelidad y esperar con fe, sabiendo que lo que Él dice, Él lo cumple.

Si hoy enfrentas incertidumbre, recuerda: Dios es fiel y Su tiempo es perfecto. Confía en Él.