En medio de las luchas diarias, este versículo nos recuerda una verdad poderosa: no estamos solos. Dios nos invita a buscarlo, no solo cuando lo necesitamos, sino siempre. Su poder es nuestro refugio, y su presencia es nuestra paz. Cuando lo buscamos de corazón, Él se deja encontrar, y en Él hallamos la fuerza para seguir adelante. No importa cuán incierto sea el camino, si caminamos con Él, nunca nos faltará dirección ni consuelo.
elige perdonar
Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas. Marcos 11:25.
Dios nunca falla
En un mundo lleno de preocupaciones, este versículo es un recordatorio poderoso de que no estamos solos. Dios no solo nos invita a entregarle nuestras cargas, sino que lo hace con la tierna seguridad de que Él cuida de nosotros. Su amor es constante, su atención es personal, y su cuidado es perfecto. Hoy, puedes soltar aquello que te inquieta y confiar plenamente en Aquel que nunca falla.
vere mi bendición
Bienaventurado todo aquel que teme a Jehová,Que anda en sus caminos. Cuando comieres el trabajo de tus manos,Bienaventurado serás, y te irá bien. Salmos 128:1-2
El temor de Dios y la obediencia a sus caminos no son una carga, sino una fuente de bendición. Este pasaje nos recuerda que la verdadera felicidad no está en los logros vacíos ni en el reconocimiento humano, sino en vivir conforme a la voluntad de Dios. Cuando trabajamos con integridad y caminamos en obediencia, Él promete darnos fruto y bienestar. Es una vida sencilla, pero llena de paz, propósito y satisfacción.
Temer a Dios es vivir con reverencia y confianza, sabiendo que sus caminos conducen al bien. Y en ese andar, Él bendice incluso lo más cotidiano: el trabajo de nuestras manos y el sustento diario.