alguien toca la puerta

Apocalipsis 3:20 “¡He aquí, yo estoy a la puerta y llamo! Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.”

Jesús no fuerza la entrada a nuestra vida, Él espera con paciencia a que abramos el corazón. Este versículo nos recuerda que la comunión con Cristo es una decisión personal: escuchar Su voz y dejarlo entrar. Cuando lo hacemos, no solo tenemos su presencia, sino también intimidad y amistad con Él.

Oración:
Señor Jesús, quiero abrir la puerta de mi vida para que entres y habites en mí. Gracias por tu amor paciente y por desear una relación cercana conmigo. Amén.


justicia que nunca falla

Salmos 36:10 “Extiende tu misericordia a los que te conocen, y tu justicia a los rectos de corazón.”

Este versículo nos recuerda que la vida del creyente depende de la fidelidad de Dios. Su misericordia no es limitada ni pasajera, sino continua y suficiente para quienes le conocen y caminan en integridad. El salmista nos enseña que podemos confiar plenamente en la justicia divina, porque Dios sostiene y guarda a los que permanecen en Él.

Oración:
Señor, extiende hoy tu misericordia sobre mi vida. Ayúdame a caminar en rectitud y a descansar en tu justicia que nunca falla. Amén.



Jefté: Entre la Devoción y el Error

La figura de Jefté emerge de Jueces 11 como un espejo de las complejidades humanas en nuestra relación con lo divino.

Este hombre de fe y valentía indudable, por su ignorancia termina realizando una promesa trágica y devastadora: sacrificar a la primera persona que le salga al encuentro tras una batalla victoriosa, creyendo que tal acto de devoción le traería el favor divino. Y esa persona terminó siendo su propia hija. Lejos de reflejar la voluntad de Dios, Jefté muestra una interpretación errada de la obediencia y el sacrificio. 

Es suficiente la pasión por Dios para dirigir una vida conforme a los deseos divinos? Pablo advierte en Romanos 10:2 sobre aquellos que "tienen celo de Dios, pero no conforme a ciencia." Jefté encarna esta advertencia, demostrando que la pasión desmedida, desprovista de entendimiento y alineación con el carácter de Dios, puede llevarnos a cometer actos irreparables.

La historia de Jefté nos desafía a examinar nuestras propias prácticas de fe. ¿Hacemos votos o sacrificios creyendo erróneamente que con ellos podemos manipular la voluntad de Dios o ganarnos su favor? 

el interes y no la adoracion En la vida cristiana contemporánea, es tentador caer en dinámicas donde ofrecemos "sacrificios" personales con la esperanza de recibir algo a cambio, como si pudiéramos establecer un contrato de intercambio con el Creador en una especie de pacto unilateral en el que Dios realmente no tiene la oportunidad de asentir o rechazar lo que proponemos.

No manipulemos a Dios Podemos estar creando pactos unilaterales con Dios desgarrando nuestras rodillas en cruentas peregrinaciones o simplemente prometiendo un “soborno” a cambio de que Dios nos favorezca. 

Cómo Jefté, podemos tener buenas intenciones, pero sin discernimiento y conocimiento de Dios, esas intenciones pueden llevarnos por caminos equivocados. 

revelación

Pero hay un Dios en los cielos, el cual revela los misterios,  y él ha hecho saber al rey Nabucodonosor lo que ha de acontecer en los postreros días. Daniel 2:28.  

Que se desate sobre tu cabeza un aceite fresco que provoque cambios en tu forma de pensar y de vivir.  Declaro nuevas experiencias,  nuevas revelaciones y una frescura en tu relación con Dios.  Vas a ver lo que no podías percibir,  vas a entender lo que no podías comprender.  En el nombre de Jesús!

poder para librarnos

Salmos 34:6 “Este pobre clamó, y le oyó Jehová, y lo libró de todas sus angustias.”

Este versículo nos recuerda que no importa cuán grande sea la necesidad o lo profundo de la angustia, Dios siempre escucha el clamor sincero de sus hijos. Él no ignora al que busca su ayuda con un corazón humilde. Nuestro Señor se mueve con compasión y tiene poder para librarnos, dándonos paz en medio de la prueba.

Oración:

Señor, gracias porque escuchas mi clamor y nunca me abandonas. Ayúdame a confiar en que Tú eres mi libertador en todo momento de necesidad. Amén.


bendice y glorifica

Salmos 37:4 “Deléitate asimismo en Jehová, y él te concederá las peticiones de tu corazón.”

Cuando nuestra alegría y satisfacción están en Dios, nuestros deseos se alinean con su voluntad. No se trata de que Él cumpla cualquier capricho, sino de transformar nuestro corazón para anhelar lo que realmente edifica, bendice y glorifica su nombre. El verdadero gozo está en disfrutar de su presencia, y en esa comunión, Él derrama bendiciones que sobrepasan lo que imaginamos.

Oración:

Señor, enséñame a deleitarme en Ti, a que mi gozo esté en Tu presencia y mis deseos reflejen Tu perfecta voluntad. Amén.


creer

Marcos 9:23. “Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible.”

La fe abre la puerta a lo imposible. Jesús no pone límites a lo que Dios puede hacer, sino que nos invita a confiar plenamente en Él. Creer no significa que todo sucederá como queremos, sino que todo está en las manos de Aquel que tiene el poder para obrar más allá de nuestras fuerzas. La fe mueve montañas porque nos conecta con el Dios todopoderoso.

Oración:
Señor, aumenta mi fe para creer en tu poder y descansar en tu voluntad. Ayúdame a confiar en ti aun cuando mis ojos no vean la respuesta. Amén.


en las manos de Dios

1 Crónicas 4:10. E invocó Jabes al Dios de Israel, diciendo: ¡Oh, si me dieras bendición, y ensancharas mi territorio, y tu mano estuviera conmigo, y me libraras de mal, para que no me dañe! Y le otorgó Dios lo que pidió.

La oración de Jabes nos enseña que Dios escucha a quienes le buscan con fe sincera. Él no pidió riquezas ni poder, sino la bendición y la guía del Señor en su vida. Esto nos recuerda que la verdadera prosperidad proviene de tener la mano de Dios con nosotros, librándonos del mal y ensanchando nuestro camino conforme a Su voluntad.


Oración:
Señor, así como escuchaste a Jabes, escucha hoy mi clamor. Bendíceme, guía mis pasos y líbrame de todo mal, para vivir bajo tu favor y para tu gloria. Amén.

sirviendo con excelencia

Colosenses 3:23. "Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres."

Este versículo nos recuerda que nuestro trabajo, nuestras acciones y aún los pequeños detalles de la vida no deben hacerse buscando la aprobación humana, sino como una ofrenda a Dios. Cuando servimos con esta perspectiva, aun las tareas más sencillas cobran sentido eterno y se convierten en una expresión de amor y fidelidad hacia el Señor.

Oración:
Señor, ayúdame a vivir y trabajar cada día con excelencia y amor, recordando que todo lo que hago es para Ti. Amén.

manejando el enojo

Proverbios 16:32 “Mejor es el lento para la ira que el poderoso; y el que gobierna su espíritu, que el que toma una ciudad.”

La verdadera grandeza no está en dominar a otros, sino en dominarse a uno mismo. Controlar el enojo y tener paciencia es más valioso que cualquier victoria externa. El dominio propio es una señal de madurez espiritual y de confianza en Dios, quien nos fortalece para responder con sabiduría en lugar de reaccionar con ira.

Oración:
Señor, ayúdame a gobernar mi espíritu con tu paz. Enséñame a responder con paciencia y mansedumbre, para que mi vida refleje tu carácter en todo momento. Amén.

nueva vida

2 Corintios 5:17 “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.” 

Esta verdad nos recuerda que en Cristo no solo recibimos perdón, sino también una nueva identidad. Lo que antes nos marcaba —el pecado, la culpa y la condenación— quedó atrás. Ahora caminamos en una vida renovada, con propósito y esperanza. La transformación no es superficial, sino profunda, porque Dios hace todo nuevo en nosotros.

Oración:
Señor, gracias porque en Cristo me has dado una nueva vida. Ayúdame a dejar atrás lo viejo y vivir cada día en la plenitud de tu gracia y tu verdad. Amén.

 

nunca caduca

Isaías 40:8 “Sécase la hierba, marchítase la flor; mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre.”

La vida es frágil y pasajera, como la hierba que se seca o la flor que se marchita. Todo lo terrenal cambia, se desgasta y desaparece, pero la Palabra de Dios nunca pierde su poder ni su verdad. Ella es firme, eterna y confiable en medio de un mundo inestable. Aferrarse a la Escritura es encontrar seguridad en lo que nunca caduca.

Oración:
Señor, gracias porque tu Palabra es eterna y en ella encuentro firmeza. Ayúdame a vivir confiado en tus promesas, sabiendo que nada puede destruir lo que Tú has dicho. Amén.

provision completa

Filipenses 4:19 Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.

Esta promesa nos recuerda que el cuidado de Dios no depende de nuestras fuerzas ni de nuestras limitaciones, sino de Su abundancia infinita. Él conoce nuestras necesidades, tanto espirituales como materiales, y en Cristo Jesús nos asegura provisión completa. No siempre nos da lo que queremos, pero nunca nos faltará lo que realmente necesitamos para vivir conforme a Su voluntad.

Oración:

Señor, gracias porque en Ti tengo todo lo que necesito. Ayúdame a confiar en tu provisión y descansar en la seguridad de que nunca me abandonarás. Amén.


motivacion

Salmos 27:14 Espera a Jehová; esfuérzate, y aliéntese tu corazón; sí, espera a Jehová.

La espera en Dios no es pasividad, sino confianza activa en que Él tiene el control. Muchas veces queremos soluciones rápidas, pero el Señor nos enseña que en la espera se fortalece nuestra fe y nuestro carácter. Mientras aguardamos, Él obra en lo invisible, preparando lo mejor para nosotros.

Oración:
Señor, ayúdame a confiar en tus tiempos y a esperar con paciencia. Fortalece mi corazón y enséñame a descansar en tu fidelidad. Amén.


perdona y restaura

Proverbios 10:12.  El odio despierta rencillas; pero el amor cubrirá todas las faltas.

Este proverbio nos recuerda que el odio siempre genera división,pleitos y resentimiento,  mientras que el amor tiene el poder de sanar,  perdonar y restaurar.  El amor no niega la verdad, pero elige cubrir en misericordia,  evitando que las faltas se conviertan en motivo de destrucción.  Allí donde hay amor verdadero,  hay paz,  reconciliación y unidad.

Oración:

Señor, ayúdame a rechazar el odio que divide y a vivir en el amor que une, perdona y restaura, como Tú lo haces conmigo cada día. Amén.


no mas ansiedad

Juan 14:1 No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.

En este pasaje, Jesús habla directamente al corazón de sus discípulos en medio de la incertidumbre. Él sabe que la vida puede traer temor y confusión, pero nos recuerda que la confianza en Dios y en Él es el antídoto contra la ansiedad. La fe no elimina las pruebas, pero nos da paz y seguridad en medio de ellas, porque sabemos que estamos en las manos del Señor que nunca falla.

Oración:
Señor, ayúdame a no turbarme ante las dificultades, sino a confiar plenamente en Ti, descansando en tu amor y tu fidelidad. Amén.


no caminamos solos

Salmos 23:4 Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento.

Este versículo nos recuerda que aun en los momentos más oscuros y difíciles de la vida, la presencia de Dios es suficiente para sostenernos. El temor se desvanece cuando entendemos que no caminamos solos, sino bajo la guía y cuidado del Buen Pastor. Su vara nos protege y su cayado nos dirige, dándonos confianza y paz en medio de la adversidad.

Oración:

Señor, gracias porque en cada valle de mi vida no estoy solo. Que tu presencia me dé paz y fortaleza para avanzar sin temor, confiando en que siempre me guiarás. Amén.

testigos

Hechos 1:8 “pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.”

La promesa de Jesús nos recuerda que no estamos solos en la misión de compartir el evangelio. El Espíritu Santo es quien nos capacita con poder, valor y sabiduría para ser testigos fieles. Nuestra tarea no depende de nuestras fuerzas, sino de la presencia viva de Dios en nosotros.

Oración: Señor, gracias por tu Espíritu Santo que me fortalece. Ayúdame a ser un testigo fiel de tu amor y de tu verdad en todo lugar donde me lleves. Amén.


la presencia de Dios

Éxodo 33:15 “Y Moisés respondió: Si tu presencia no ha de ir conmigo, no nos saques de aquí.”

Moisés entendía que lo más valioso para Israel no eran las bendiciones ni las victorias, sino la presencia misma de Dios. Podrían avanzar, conquistar y prosperar, pero sin el Señor estarían vacíos y perdidos. Esta verdad nos recuerda que lo esencial en nuestra vida no es lo que tenemos ni a dónde llegamos, sino quién camina con nosotros. La presencia de Dios es nuestra seguridad, nuestra guía y nuestro verdadero tesoro.

Oración: Señor, ayúdame a valorar tu presencia por encima de todo. Que cada paso que dé esté acompañado por Ti, porque solo contigo hay verdadera vida y dirección. Amén.


se cumplira

Diles, por tanto: Así ha dicho Jehová el Señor: No se tardará más ninguna de mis palabras, sino que la palabra que yo hablé se cumplirá, dice Jehová el Señor. Ezequiel 12:28

Aunque hoy estés viviendo el peor momento de tu vida cree, porque su palabra cambiará toda atmósfera adversa, el problema que enfrentas será el trampolín para formar tu carácter, Dios te sostendrá en medio de la prueba, pero tienes que creer que lo que Dios te dijo sucederá. ¡Sonríe porque Dios está a punto de cumplir su promesa en tu vida!




la verdad ante todo


Proverbios 12:19 El labio veraz permanecerá para siempre; mas la lengua mentirosa solo por un momento.

La verdad siempre prevalece, porque está respaldada por Dios, quien es la Verdad misma. La mentira puede parecer útil en el instante, pero pronto se derrumba dejando consecuencias dolorosas. En cambio, la palabra sincera edifica, da confianza y permanece firme a lo largo del tiempo. Ser veraces no solo nos acerca a las personas, sino también a Dios, que se deleita en la integridad.

Oración:

Señor, ayúdame a hablar siempre con verdad, aunque a veces cueste. Haz que mis palabras honren tu nombre y sean fuente de confianza y paz para los que me rodean. Amén


humildad y sinceridad

2 crónicas 7:14 Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.

Este pasaje nos recuerda que el poder de la restauración comienza con la humildad. Dios no promete sanar la tierra por mérito humano, sino por su gracia derramada sobre quienes se arrepienten y buscan su rostro con sinceridad. La oración verdadera, acompañada de un cambio de corazón, abre la puerta al perdón divino y a la sanidad espiritual, familiar y aún social.

Oración:

Señor, enséñanos a humillarnos delante de ti, a buscar tu rostro con todo nuestro ser y a apartarnos de lo que no te agrada. Perdona nuestras faltas y trae sanidad a nuestras vidas y a nuestra tierra. Amén.