En este pasaje, Jesús habla directamente al corazón de sus discípulos en medio de la incertidumbre. Él sabe que la vida puede traer temor y confusión, pero nos recuerda que la confianza en Dios y en Él es el antídoto contra la ansiedad. La fe no elimina las pruebas, pero nos da paz y seguridad en medio de ellas, porque sabemos que estamos en las manos del Señor que nunca falla.
Oración:
Señor, ayúdame a no turbarme ante las dificultades, sino a confiar plenamente en Ti, descansando en tu amor y tu fidelidad. Amén.
