no caminamos solos

Salmos 23:4 Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento.

Este versículo nos recuerda que aun en los momentos más oscuros y difíciles de la vida, la presencia de Dios es suficiente para sostenernos. El temor se desvanece cuando entendemos que no caminamos solos, sino bajo la guía y cuidado del Buen Pastor. Su vara nos protege y su cayado nos dirige, dándonos confianza y paz en medio de la adversidad.

Oración:

Señor, gracias porque en cada valle de mi vida no estoy solo. Que tu presencia me dé paz y fortaleza para avanzar sin temor, confiando en que siempre me guiarás. Amén.