Isaías 60:3 “Y andarán las naciones a tu luz, y los reyes al resplandor de tu nacimiento.”
Esta palabra anuncia el poder transformador de la luz de Dios. Donde hay tinieblas, Su gloria se levanta y atrae a los pueblos y a los poderosos. No es nuestra propia luz la que brilla, sino la de Cristo reflejada en nosotros. Cuando dejamos que su gloria resplandezca en nuestra vida, otros son guiados hacia Él.
Oración:
Señor, que tu luz brille en mí y que muchos puedan conocerte al ver tu gloria reflejada en mi vida. Amén.
