gozo y siembra

Salmos 126:5.  "Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán."  

La vida cristiana muchas veces nos lleva a sembrar en medio del dolor, la incertidumbre o la pérdida. Pero este versículo nos recuerda que ninguna lágrima derramada en fidelidad a Dios es inútil. Cada oración hecha con fe, cada sacrificio en obediencia, y cada paso dado en medio del llanto, están preparando una cosecha de gozo. Dios convierte las lágrimas en fruto y el sufrimiento en testimonio. Aunque el proceso sea duro, el final siempre será de alegría para quienes confían en Él. 

Oración: Señor, gracias porque mis lágrimas no son en vano. Ayúdame a seguir sembrando en fe, confiando en que Tú transformarás mi dolor en gozo y mi siembra en una abundante cosecha de bendición. Amén.