y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón. Jeremías 29:13
Dios no se esconde ni pone barreras para que lo encontremos. Jeremías 29:13 nos recuerda una promesa poderosa: cuando lo buscamos sinceramente, Él se deja hallar. No se trata de una búsqueda superficial o por interés momentáneo, sino de un anhelo profundo de conocerlo y estar en Su presencia.
Cuando le buscamos de todo corazón, descubrimos que Él siempre ha estado cerca, esperando con amor. Su respuesta no tarda, porque Su deseo es revelarse a nosotros y llenar nuestra vida con Su paz y propósito. Hoy, acércate a Dios con sinceridad y confianza. Él está listo para encontrarse contigo.