en el esperamos

Ahora estarán abiertos mis ojos y atentos mis oídos a la oración en este lugar; porque ahora he elegido y santificado esta casa, para que esté en ella mi nombre para siempre; y mis ojos y mi corazón estarán ahí́ para siempre. 2 Crónicas 7:15-16

No nos adaptamos ni nos dejamos modelar por las circunstancias. Somos agua viva que corre rompiendo limitaciones porque su potencia está en la fuente que posee y no en su ímpetu. Aunque el respeto y la bondad son nuestra marca registrada siempre tenemos una estrategia armada para pelear esta guerra ya ganada. Nuestro centro, nuestra comunión es Cristo y hoy más que nunca en Él esperamos lo prometido. Estamos siendo parte de un avivamiento de profundidad nunca antes visto!