En Génesis 20, Abraham vuelve a cometer el mismo error que en Egipto: por miedo, dice que Sara es su hermana en lugar de su esposa. Abimelec, rey de Gerar, la toma, pero Dios interviene en un sueño para protegerla y corregir la situación.
Este capítulo nos recuerda dos verdades importantes:
1. Dios es fiel incluso cuando fallamos – A pesar de la falta de confianza de Abraham, Dios protege a Sara y cumple su promesa. Él no depende de nuestra perfección para llevar a cabo su plan.
2. Dios nos corrige por amor – Dios advierte a Abimelec y lo guía para evitar el pecado. Su intervención muestra que Él no solo juzga, sino que también da oportunidades para rectificar.
Así como Dios protegió su propósito con Abraham y Sara, podemos confiar en que Él guarda nuestras vidas y nos guía, incluso cuando tropezamos. Su fidelidad es más grande que nuestros errores.