Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán. Salmos 126:5
La vida muchas veces nos lleva por temporadas de dolor, esfuerzo y sacrificio. Hay momentos en los que sembramos con lágrimas, luchando con incertidumbre, pruebas y desafíos. Sin embargo, Dios nos asegura que el sufrimiento no es en vano.
El Salmo 126:5 nos recuerda que toda semilla plantada en fidelidad, aun en medio del llanto, traerá una cosecha de gozo. Dios ve nuestras lágrimas, nuestras oraciones y nuestro trabajo, y en su tiempo, nos dará una recompensa abundante.
Si hoy estás sembrando con esfuerzo y dolor, confía en la promesa de Dios. Él transformará tus lágrimas en alegría y tu siembra en una gran cosecha de bendición. ¡No te rindas! La cosecha viene con gozo.