El milagro esta contigo

Bendito el hombre que confía en el Señor y pone su confianza en él. Será como un árbol plantado junto al agua, que extiende sus raíces hacia la corriente; no teme que llegue el calor, y sus hojas están siempre verdes. En época de sequía no se angustia, y nunca deja de dar fruto. Jeremías 17:7-8 NVI

  

Se rompe en el nombre de Jesús toda mentira del enemigo que te haga ver solo las cosas que te hacen falta y no la cantidad de bendiciones que Dios ya puso en tu mano. Tu bendición no se encuentra en el futuro, porque en el presente eres próspero. Ese milagro ya está contigo!

 

agua de vida

Porque yo derramaré aguas sobre el sequedal, y ríos sobre la tierra árida; mi Espíritu derramaré sobre tu generación, y mi bendición sobre tus renuevos”. Isaías 44:3

Sobre tu vida se derramará el gozo del Señor y celebrarás la salvación de Jesús. Eres parte del remanente profético que no se conforma con el nivel de gloria actual. Te levantas con una oración ferviente y serás guiado a caminos donde brota agua de vida. Dios te colocará en el camino de justicia y no tropezarás. Declaro que tu vida es un huerto regado con el agua de vida que fluye de la palabra y no tendrás más necesitad porque Dios se habrá convertido en todo lo que anhelas. Dios convertirá tu duelo en gozo y te consolará en la aflicción!

confianza en la fidelidad de Dios

En Génesis 20, Abraham vuelve a cometer el mismo error que en Egipto: por miedo, dice que Sara es su hermana en lugar de su esposa. Abimelec, rey de Gerar, la toma, pero Dios interviene en un sueño para protegerla y corregir la situación.

Este capítulo nos recuerda dos verdades importantes:


1. Dios es fiel incluso cuando fallamos – A pesar de la falta de confianza de Abraham, Dios protege a Sara y cumple su promesa. Él no depende de nuestra perfección para llevar a cabo su plan.


2. Dios nos corrige por amor – Dios advierte a Abimelec y lo guía para evitar el pecado. Su intervención muestra que Él no solo juzga, sino que también da oportunidades para rectificar.


Así como Dios protegió su propósito con Abraham y Sara, podemos confiar en que Él guarda nuestras vidas y nos guía, incluso cuando tropezamos. Su fidelidad es más grande que nuestros errores.



sin mirar atras

Génesis 19 nos muestra la misericordia y la justicia de Dios al rescatar a Lot antes de la destrucción de Sodoma y Gomorra. A pesar de la corrupción de la ciudad, Dios envió ángeles para salvar a Lot y su familia. Sin embargo, su esposa miró atrás y se convirtió en estatua de sal, mostrándonos que aferrarnos al pasado puede impedirnos recibir lo nuevo que Dios tiene para nosotros.

Esta historia nos recuerda que Dios es fiel para librarnos del mal, pero también nos llama a confiar plenamente en Él y avanzar sin mirar atrás. Cuando Dios nos guía hacia algo mejor, debemos obedecer sin titubear, confiando en Su propósito y en Su gracia.

Búscalo con todo tu corazón

y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón. Jeremías 29:13

Dios no se esconde ni pone barreras para que lo encontremos. Jeremías 29:13 nos recuerda una promesa poderosa: cuando lo buscamos sinceramente, Él se deja hallar. No se trata de una búsqueda superficial o por interés momentáneo, sino de un anhelo profundo de conocerlo y estar en Su presencia.


Cuando le buscamos de todo corazón, descubrimos que Él siempre ha estado cerca, esperando con amor. Su respuesta no tarda, porque Su deseo es revelarse a nosotros y llenar nuestra vida con Su paz y propósito. Hoy, acércate a Dios con sinceridad y confianza. Él está listo para encontrarse contigo.


Siembra con lágrimas, cosecha con gozo

Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán. Salmos 126:5

La vida muchas veces nos lleva por temporadas de dolor, esfuerzo y sacrificio. Hay momentos en los que sembramos con lágrimas, luchando con incertidumbre, pruebas y desafíos. Sin embargo, Dios nos asegura que el sufrimiento no es en vano.

El Salmo 126:5 nos recuerda que toda semilla plantada en fidelidad, aun en medio del llanto, traerá una cosecha de gozo. Dios ve nuestras lágrimas, nuestras oraciones y nuestro trabajo, y en su tiempo, nos dará una recompensa abundante.


Si hoy estás sembrando con esfuerzo y dolor, confía en la promesa de Dios. Él transformará tus lágrimas en alegría y tu siembra en una gran cosecha de bendición. ¡No te rindas! La cosecha viene con gozo.


desde las alturas

pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán. Isaías 40:31

Declaro que eres como un águila profética que ha sido entrenada para volar sobre territorios enemigos. Y aun en medio del fuego cruzado vas a mantener tu paz, tu unción y tu diseño. Desde el cielo vendrán las instrucciones precisas para ganar la batalla espiritual. No serás avergonzado, ni lo enemigos celebraran tu derrota porque Dios te asegura la victoria. Desde las alturas podrás ver a tus enemigos huir en todas las direcciones! 

en su tiempo

En Génesis 18, vemos a Dios visitando a Abraham para confirmar su promesa de que Sara tendría un hijo. A pesar de la incredulidad de Sara, que se rió al escuchar esto debido a su avanzada edad, Dios respondió con una pregunta poderosa: "¿Hay algo imposible para el Señor?" Génesis 18:14.

Esta historia nos recuerda que Dios es fiel y cumple lo que promete, sin importar cuán imposible parezca la situación. A veces, nuestras circunstancias nos hacen dudar, pero Dios no opera según nuestra lógica, sino según su propósito y poder.

Si hoy enfrentas una espera larga o una promesa que parece lejana, confía en que Dios tiene el control. Lo que Él ha dicho, lo cumplirá, en su tiempo perfecto.



Dios cumple sus promesas

En Génesis 17, Dios se revela a Abram como "El Shaddai" (Dios Todopoderoso) y reafirma su pacto con él. Cambia su nombre a Abraham, que significa "padre de multitudes", y le promete descendencia incontable a pesar de su vejez. También establece la circuncisión como señal del pacto y cambia el nombre de Sarai a Sara, asegurándole que ella dará a luz a un hijo.

Este capítulo nos recuerda que Dios es fiel y cumple sus promesas en su tiempo perfecto. Aunque las circunstancias parecían imposibles, Dios tenía el control. A veces, dudamos porque no vemos respuestas inmediatas, pero Él es el Dios Todopoderoso. Si ha prometido algo, Él lo hará. Nuestra parte es confiar y caminar en obediencia.

Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí y sé íntegro. Génesis 17:1

Dios ve y cuida de nosotros

Agar, la sierva de Sarai, se encontró en el desierto, huyendo de su aflicción. En medio de su angustia, el ángel del Señor la encontró y le habló. En ese encuentro, Agar reconoció a Dios como El-Roi, "el Dios que me ve" Génesis 16:13.

Este capítulo nos recuerda que, aun cuando nos sentimos olvidados o en circunstancias difíciles, Dios nos ve. No somos invisibles para Él. Su amor y cuidado nos alcanzan, incluso en el desierto de nuestra vida.

Si hoy enfrentas un momento de soledad o incertidumbre, recuerda: Dios te ve, te escucha y tiene un plan para ti. Confía en Él, porque nunca te abandona.

Dios cumple sus promesas

En Génesis 15, Dios le hace a Abraham una promesa increíble: su descendencia será tan numerosa como las estrellas. Pero en ese momento, Abraham no tenía hijos y la situación parecía imposible. Sin embargo, Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia Génesis 15:6.

Este capítulo nos recuerda que Dios siempre cumple lo que promete, aunque las circunstancias parezcan desfavorables. Nuestra parte es confiar en Él, incluso cuando no vemos el cumplimiento inmediato. Como Abraham, estamos llamados a caminar por fe, sabiendo que Dios es fiel y su palabra nunca falla.

 

Dios es nuestro auxilio en la batalla

En Génesis 14, vemos a Abram enfrentarse a una gran batalla para rescatar a su sobrino Lot. A pesar de la superioridad de los reyes enemigos, Dios le da la victoria con un pequeño ejército. Luego, Melquisedec, sacerdote del Dios Altísimo, bendice a Abram y reconoce que la victoria provino de Dios.

Esta historia nos recuerda que en nuestras propias batallas no estamos solos. Dios pelea por nosotros y nos da la fuerza para vencer. Cuando enfrentemos dificultades, recordemos que nuestra victoria no depende de nuestros recursos, sino del poder y la gracia de Dios. Confía en Él, porque en cada lucha, Dios es tu auxilio y fortaleza


Confianza en Dios por Encima de las Circunstancias

En Génesis 13, Abram y Lot enfrentan un conflicto debido a la abundancia de sus bienes. En lugar de pelear, Abram muestra humildad y confianza en Dios al permitir que Lot elija primero la tierra que desea. Lot, guiado por la apariencia, elige la región fértil cerca de Sodoma, mientras que Abram permanece donde Dios lo guía.

Este pasaje nos enseña que la verdadera bendición no depende de lo que parece mejor a nuestros ojos, sino de estar en la voluntad de Dios. Abram confió en que Dios le proveería lo mejor, y al final, Dios confirmó Su promesa de darle toda la tierra.


Cuando enfrentemos decisiones, ¿confiamos en nuestra vista o en la dirección de Dios? La fe nos lleva a depender de Él, sabiendo que Sus planes son mejores que nuestras elecciones basadas en lo que parece conveniente.


Dios llama y guia

Génesis 12:Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré.


Cuando Dios llamó a Abram, no le dio todos los detalles, solo le pidió que confiara y obedeciera. Abram no sabía exactamente a dónde iba, pero creyó en la promesa de Dios y emprendió el viaje. Así es nuestra vida de fe: Dios nos llama a salir de nuestra zona de comodidad y confiar en su dirección. Quizá no veamos el camino completo, pero Él nos guía paso a paso. Nuestra parte es obedecer y creer que Dios tiene un plan perfecto. Confía en Dios, da el siguiente paso y Él te mostrará el resto del camino.

sin Dios es inutil

Génesis 11 nos muestra cómo el orgullo humano llevó a la confusión en la Torre de Babel. En su deseo de hacer un nombre para sí mismos, las personas desobedecieron a Dios y confiaron en su propia grandeza. Pero Dios intervino, dispersándolos y frustrando sus planes, recordándonos que sin Él, nuestros esfuerzos carecen de verdadero propósito.

Sin embargo, este capítulo también introduce la genealogía de Sem, que nos lleva a Abram, el hombre a quien Dios llamaría para cumplir Su promesa. Esto nos enseña que, aunque los planes humanos fallen, Dios sigue obrando para llevar a cabo Su propósito eterno.





el proposito de Dios en las naciones

Génesis 10 es conocido como la "Tabla de las Naciones", un registro de los descendientes de Noé y cómo se dispersaron por la tierra. A simple vista, puede parecer solo una genealogía, pero nos muestra algo profundo: Dios es soberano sobre las naciones y la historia de la humanidad.

Cada pueblo y cultura tiene su origen en el plan de Dios. Aunque la humanidad se dispersó, Dios nunca perdió el control. Más tarde, en la historia bíblica, vemos cómo Él llama a Abraham para bendecir a todas las naciones (Génesis 12:3). Esto nos recuerda que Dios siempre ha tenido un propósito global: la redención de todos los pueblos a través de Cristo.
No importa de dónde vengamos o cuál sea nuestra historia, Dios tiene un plan para cada uno de nosotros. Él nos llama a ser parte de su familia y a extender su amor a todas las naciones.

 

Dios es fiel a su pacto

Después del diluvio, Dios hizo un pacto con Noé y toda la humanidad, prometiendo que nunca más destruiría la tierra con agua. Como señal de Su promesa, colocó el arcoíris en el cielo Génesis 9:13.

Esta historia nos recuerda que Dios es fiel a sus pactos. Aun cuando el mundo cambia y enfrentamos dificultades, Su amor y misericordia permanecen constantes. El arcoíris sigue siendo un recordatorio de Su gracia y fidelidad. Si alguna vez dudas de Su cuidado, mira al cielo y recuerda: Dios nunca olvida Sus promesas. Él es un Dios de amor y esperanza.


en el esperamos

Ahora estarán abiertos mis ojos y atentos mis oídos a la oración en este lugar; porque ahora he elegido y santificado esta casa, para que esté en ella mi nombre para siempre; y mis ojos y mi corazón estarán ahí́ para siempre. 2 Crónicas 7:15-16

No nos adaptamos ni nos dejamos modelar por las circunstancias. Somos agua viva que corre rompiendo limitaciones porque su potencia está en la fuente que posee y no en su ímpetu. Aunque el respeto y la bondad son nuestra marca registrada siempre tenemos una estrategia armada para pelear esta guerra ya ganada. Nuestro centro, nuestra comunión es Cristo y hoy más que nunca en Él esperamos lo prometido. Estamos siendo parte de un avivamiento de profundidad nunca antes visto!

Dios cumple sus promesas

Génesis 8

Después del diluvio, Dios recordó a Noé y su familia, y comenzó el proceso de renovación en la tierra. El agua retrocedió, el arca descansó en tierra firme, y finalmente, Dios dio la señal de que era tiempo de salir.

Este capítulo nos recuerda que, aunque las tormentas sean largas, Dios siempre tiene un final preparado. Noé esperó pacientemente hasta que Dios le habló, y cuando salió, lo primero que hizo fue adorar.


Confía en que Dios tiene un tiempo perfecto para cada etapa de tu vida. Aunque las aguas del problema parezcan no ceder, Él sigue obrando. Y cuando llegue el momento de un nuevo comienzo, que tu primera respuesta sea la gratitud y la adoración.


el juicio y la salvacion de Dios

Génesis 7 nos muestra el cumplimiento de la advertencia de Dios. Noé, obediente, entra en el arca con su familia y los animales, y Dios mismo cierra la puerta. La lluvia cae, las aguas cubren la tierra y todo ser viviente fuera del arca perece.

Este capítulo nos recuerda dos verdades esenciales: Dios cumple lo que dice y su salvación está disponible para quienes confían en Él. Noé fue salvo no solo por construir el arca, sino por creer en la palabra de Dios y actuar en consecuencia.

Hoy, Jesús es nuestra “arca”. En un mundo lleno de caos, Él es el refugio seguro. La invitación sigue abierta: ¿estamos confiando en su palabra y entrando en su salvación?


en busca de corazones fieles

Génesis 6 nos muestra cómo la maldad de la humanidad creció tanto que Dios decidió enviar el diluvio, pero en medio de la corrupción, Noé halló gracia ante los ojos del Señor v. 8.

Esta historia nos recuerda que, aunque el mundo esté lleno de pecado, Dios sigue buscando corazones fieles. Noé no era perfecto, pero caminaba con Dios. Hoy también podemos elegir vivir en obediencia y confiar en su gracia, sabiendo que Él siempre tiene un plan de salvación para quienes le buscan.

En tiempos de oscuridad, seamos como Noé: hombres y mujeres que confían en Dios y caminan con Él.