El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; Isaías 40:29-30
Este pasaje de Isaías nos recuerda que, aunque la fuerza humana es limitada, la fortaleza divina es infinita. Todos, incluso los jóvenes llenos de energía, eventualmente se cansan y tropiezan. Sin embargo, Dios ofrece su poder y vigor a aquellos que lo buscan, especialmente en momentos de debilidad. Es un recordatorio de que cuando nuestras fuerzas flaquean, podemos encontrar renovación en Él, confiando en que nos sostendrá y nos dará la fuerza necesaria para continuar.