es uno de los versículos más profundos y centrales del Evangelio. Cuando Jesús dice: "Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí," Juan 14:6
está afirmando su papel exclusivo y esencial en la reconciliación del hombre con Dios. Jesús se presenta no solo como un guía hacia la verdad, sino como la misma Verdad y Vida, lo que significa que el acceso a Dios y a la vida eterna se encuentra únicamente a través de Él. Esta declaración es una invitación a confiar plenamente en Jesús, reconociendo que solo a través de su sacrificio y resurrección podemos tener una relación verdadera y eterna con Dios. Es un llamado a seguirlo, no solo como una opción entre muchas, sino como la única vía hacia la salvación.