mi pasión por ti

Mateo 26:39 es un versículo profundamente conmovedor y crucial en la narrativa del Evangelio, que nos lleva al corazón de la agonía y la humanidad de Jesús en el Jardín de Getsemaní. El versículo dice:
Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú.

Este pasaje nos ofrece una ventana íntima al sufrimiento y la obediencia de Jesús en la víspera de su crucifixión. A continuación, desglosaremos algunos aspectos clave para la meditación:

1. La soledad de Jesús
Jesús se separa de sus discípulos y "yendo un poco adelante", se aísla en su momento de mayor angustia. Este acto refleja no solo la necesidad de comunión íntima con el Padre, sino también la realidad de que su misión es algo que él solo debe llevar. Aunque tenía amigos cercanos, nadie podía entender o compartir completamente la carga que estaba por llevar.

Reflexión: ¿Cómo enfrento yo mis momentos de soledad y angustia? ¿Busco la comunión con Dios en esos momentos?

2. La postura de Jesús: 
 "Se postró sobre su rostro" La postura de Jesús es de total humildad y rendición. Postrarse rostro en tierra es una señal de reverencia y desesperación, mostrando que Jesús, en su humanidad, estaba profundamente angustiado por lo que sabía que estaba a punto de suceder.

Reflexión: ¿Reconozco mi necesidad de Dios en momentos de crisis? ¿Me acerco a Él con una postura de humildad y rendición?

3. La oración de Jesús: 
"Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa" Esta es una de las declaraciones más humanas de Jesús en los Evangelios. "Esta copa" simboliza el sufrimiento que estaba por enfrentar, tanto físico como espiritual. Jesús, en su naturaleza humana, expresa un deseo natural de evitar el dolor, demostrando que entendía plenamente el peso de lo que estaba por venir.

Reflexión: En nuestras vidas, todos enfrentamos "copas" que preferiríamos no beber. ¿Cómo manejamos esos momentos? ¿Llevamos nuestras preocupaciones y temores a Dios en oración, como lo hizo Jesús?

4. La obediencia de Jesús: 
"Pero no sea como yo quiero, sino como tú." Aquí se encuentra la culminación de la entrega de Jesús a la voluntad del Padre. A pesar de su deseo humano de evitar el sufrimiento, Jesús se somete completamente a la voluntad de Dios. Esta declaración es el acto supremo de obediencia y confianza en el plan divino.

Reflexión: ¿Estoy dispuesto a decir "no sea como yo quiero, sino como tú" en mi vida? ¿Confío en que la voluntad de Dios es mejor, incluso cuando no la entiendo o me causa dolor?

5. El contexto más amplio: la redención
Este momento en Getsemaní no es solo sobre la angustia de Jesús, sino que es un paso crucial en el camino hacia nuestra redención. La obediencia de Jesús, incluso en medio de un sufrimiento inimaginable, asegura la salvación para todos los que creen en Él. Su sumisión a la voluntad de Dios es el modelo perfecto de fe y obediencia.

Reflexión: ¿Cómo la obediencia de Jesús en Getsemaní me inspira a seguirlo más de cerca? ¿Qué puedo aprender de su ejemplo sobre cómo vivir mi fe en momentos difíciles?

Conclusión:

Mateo 26:39 nos invita a entrar en la profundidad de la experiencia de Jesús en Getsemaní. Nos desafía a reflexionar sobre nuestra propia vida de oración, nuestra actitud hacia el sufrimiento y nuestra disposición a obedecer la voluntad de Dios. Es un recordatorio poderoso de que, aunque la obediencia a Dios puede ser difícil y costosa, es a través de esa obediencia que se cumple el propósito divino y se trae la redención al mundo.