corazon saludable

Proverbios 4:23 “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida.”

El corazón es el centro de nuestras decisiones, pensamientos y emociones.

Por eso Dios nos llama a protegerlo con cuidado, evitando aquello que lo contamina y abrazando lo que lo fortalece. Todo lo que dejamos entrar —palabras, pensamientos, influencias, actitudes— termina moldeando quiénes somos. Cuando guardamos el corazón en la verdad de Dios, la vida que fluye de él es limpia, firme y llena de propósito. La verdadera vida surge de un corazón alineado con la voluntad del Señor.

Oración: Señor, ayúdame a cuidar mi corazón con sabiduría. Líbrame de todo lo que quiera contaminarlo y llénalo de tu paz, tu verdad y tu presencia. Que mis decisiones y mis pasos fluyan de un corazón saludable y entregado a ti. Amén.

el saber te da poder

Bendito sea Jehová, mi roca, quien adiestra mis manos para la batalla y mis dedos para la guerra. Salmos 144:1

El que tiene sabiduría, conocimiento e inteligencia en un área espiritual, en esa área tiene poder, pero la ignorancia te quita el poder y la autoridad, en el área donde tú tienes falta de conocimiento en esa área fracasas. ¿Sabías que David aprendió a usar la honda con la tribu de Benjamín?, estos eran diestros con la onda, con el tiro podían partir en dos el cabello de una persona, eran diestros para la batalla, por eso David dice; “Dios adiestra mis manos para la batalla”, David se levantó como un guerrero, cuando antes de él no había guerreros, David fue quien levantó una estirpe de guerreros valientes. Dios levanta guerreros en esta generación, recibe hoy la unción para ser un guerrero profético!


mi confianza esta en ti

"En Dios he confiado; no temeré; ¿Qué puede hacerme el hombre?". Salmos 56:11

Las batallas y circunstancias adversas siempre rodean los milagros. Al principio parece terrible, pero en verdad no lo es. La prueba es sólo una oportunidad para probar en qué crees. La vida de José es la muestra gratis que la oposición es la ola que te lleva del fondo del pozo al trono del palacio. La medida de tu enemigo es igual a la medida de tu recompensa. No dejes que tu enemigo determine cuánto durará la batalla, y mucho menos las armas que vas a usar!


ni un paso antras

"Jehová es mi fortaleza y mi cántico, Y ha sido mi salvación. Este es mi Dios, y lo alabaré; Dios de mi padre, y lo enalteceré. Jehová es varón de guerra; Jehová es su nombre". Éxodo 15:2-3

Hay situaciones que exigen de nosotros, no nuestras lágrimas; sino que subamos de nivel. Sube de nivel este año contra todo pronóstico. Levanta manos en adoración como señal de guerra. Muéstrale al enemigo que tu fe está firme y que tu marcha es potente. ¡NO DAMOS UN PASO ATRÁS!

cantemos a Dios

Cantemos a Dios: "¡Tus obras son impresionantes! Tu poder es tan grande que incluso tus enemigos se rinden ante ti". Salmos 66:3

En este día, que tus palabras resuenen como el sonido del shofar, proclamando grandeza, prodigios y milagros. Declarando que los milagros más asombrosos no están en el pasado, sino que están por venir. Libero eventos extraordinarios que aumenten maravillosamente tu fe, en el nombre de Jesús!

no desmayes

Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas". Josué 1:9 

Tu milagro está a la puerta, muy cerca de ti, no desmayes que ABBA va a responder cuando menos lo esperas, no te angusties por los problemas, el PADRE tiene el poder de cambiar todo a tu favor, soporta fiel en la prueba y al final obtendrás la recompensa!

 

la fuerza de mi corazón

"Puede fallarme la salud y debilitarse mi espíritu, pero Dios sigue siendo la fuerza de mi corazón; él es mío para siempre". Salmos 73:26 NTV

Que Dios sea tu fuerza en la enfermedad, debilidad y adversidad. Que Él en esta mañana te restaure y te levante. Podremos estar desanimados, pasar por pruebas, pero aún en medio de la adversidad, Él sigue siendo la fuerza de mi corazón. Que éste versículo que cita el salmista se haga carne en tu vida, para cuando lleguen días malos puedas decir con certeza "Tu sigues siendo y serás por siempre la fuerza de mi corazón Jesús! 

amor verdadero

1 Juan 4:21 “Y nosotros tenemos este mandamiento de él: El que ama a Dios, ame también a su hermano.” 

Amar a Dios no es un concepto abstracto ni algo que queda solo en palabras. La evidencia más clara de ese amor es cómo tratamos a los demás. Dios une estos dos mandamientos en uno solo: si realmente le amamos, ese amor se verá reflejado en paciencia, misericordia, perdón y servicio hacia quienes nos rodean. Amar al hermano no siempre es fácil, pero es el fruto natural de un corazón que ha sido tocado por el amor perfecto de Dios.

Oración: Señor, ayúdame a amar como Tú amas. Que mi vida refleje tu bondad y tu gracia en cada relación. Enséñame a perdonar, a servir y a extender tu amor a quienes me rodean. Amén.


hablando con autoridad

Mateo 10:20 “Porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu de vuestro Padre que habla en vosotros.”  

Cuando enfrentamos momentos donde sentimos temor, presión o incertidumbre, este versículo nos recuerda una verdad poderosa: no estamos solos. Dios no solo nos acompaña, sino que pone Sus palabras en nuestra boca. Él fortalece lo débil, afirma lo inseguro y guía al que no sabe qué decir. Cuando confiamos en Su Espíritu, nuestras palabras se vuelven luz, paz y verdad. No depende de nuestra habilidad, sino de Su presencia en nosotros. 

Oración: Señor, gracias porque tu Espíritu habla a través de mí. Ayúdame a confiar en tu guía y no en mis fuerzas. Que mis palabras reflejen tu amor y tu sabiduría en cada situación. Amén.

aun en el camino mas duro

Salmos 23:4 Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento.

Este verso nos recuerda que no importa cuán oscuro sea el camino que estemos atravesando, Dios no nos abandona. Su presencia es la luz que rompe toda sombra, y Su cuidado constante nos sostiene cuando las fuerzas parecen agotarse. No caminamos solos; el Buen Pastor guía cada paso, protege nuestro corazón y nos infunde el valor que necesitamos para continuar.

Oración: Señor, aun en los momentos más difíciles, ayúdame a recordar que Tú caminas conmigo. Infunde en mi corazón tu paz, tu fuerza y tu esperanza. Amén.


para Dios todo es posible

Mateo 19:26 "Para los hombres esto es imposible, pero para Dios todo es posible."   

Hay situaciones que nos hacen sentir atrapados, límites que parecen inamovibles y puertas que nunca se abren. Jesús nos recuerda que lo que para nosotros es imposible, para Dios no tiene barreras. Él no está limitado por nuestras fuerzas, por las circunstancias ni por lo que otros dicen. Cuando nos rendimos a su voluntad y confiamos en su poder, lo imposible comienza a transformarse en milagro.

Oración: Señor, ayúdame a confiar en tu poder y no en mis limitaciones. Que mi fe sea más grande que mis temores y mis dudas. Haz posible en mi vida lo que mis fuerzas no pueden lograr. Amén.

valientes

2 Timoteo 1:7. "Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio." 

Dios no quiere que vivas atado al miedo. Él te ha equipado con un espíritu que te fortalece, te impulsa y te sostiene. Cuando el temor quiera apagar tu fe, recuerda que dentro de ti vive el poder de Dios, el amor que todo lo vence y la capacidad de mantenerte firme y sereno en medio de cualquier prueba. 

Oración: Señor, gracias porque me has llenado de tu poder, tu amor y tu dominio propio. Ayúdame a avanzar sin miedo, confiando en que tú caminas conmigo y me fortaleces en todo momento. Amén.

la dirección correcta

Juan 14:6 “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí.”  

En un mundo lleno de dudas, caminos confusos y voces que cambian cada día, Jesús se presenta como la respuesta definitiva. Él no solo muestra el camino: Él es el camino. No solo enseña la verdad: Él es la verdad. No solo da vida: Él es la vida.Cuando nuestras fuerzas fallan y las decisiones nos abruman, este versículo nos recuerda que en Cristo encontramos dirección, claridad y plenitud. No necesitamos buscar fuera lo que ya se nos ha dado en Él. Jesús es la puerta segura hacia el Padre, la guía fiel que nunca nos deja extraviados. 

Oración: Señor Jesús, gracias por ser mi camino cuando me siento perdido, mi verdad cuando me enfrento a la confusión y mi vida cuando todo parece apagarse. Llévame cada día más cerca del Padre y ayúdame a descansar en ti. Amén.

puertas cerradas

No podemos evitar sentirnos frustrados cuando se nos cierra la puerta de una oportunidad, pero Dios muchas veces evitará que sigamos adelante para así poder redirigir nuestros pasos hacia otra senda mejor.

En el segundo viaje misionero de Pablo hubo una serie de prohibiciones. Salió a visitar las iglesias que había fundado en Asia, pero el Espíritu Santo lo fue apartando de ciudad tras ciudad. ¡Debió de haberle resultado muy frustrante el no haber podido llevar a cabo la comisión del evangelio! El apóstol había partido con un plan atinado y realista, pero el razonamiento humano no siempre es confiable. Si queremos obedecer la voluntad de Dios para nuestra vida, debemos vivir según el impulso del Espíritu Santo; piense en el hecho de que el Dios del universo se está tomando un momento para llamarle la atención y dirigirle en la dirección correcta. Obedezca al Señor, y Él dirigirá sus pasos por la senda correcta y hacia las mejores puertas!

gracia inmerecida

Romanos 3:24 "Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús."  

La justicia de Dios no se gana, se recibe. Este versículo nos recuerda que la salvación no depende de nuestros méritos, sino del amor inmerecido de Dios manifestado en Cristo. En la cruz, Jesús pagó el precio que nosotros no podíamos pagar, y por su gracia somos declarados justos delante del Padre. Cada día, vivimos bajo esa misma gracia que nos perdona, nos restaura y nos da una nueva oportunidad de caminar en libertad. 

Oración: Señor, gracias por tu gracia inmerecida. Ayúdame a recordar que mi justicia viene solo de Ti y a vivir cada día agradecido por la redención que tengo en Cristo Jesús. Amén.

pronto auxilio

Salmos 40:13 Quieras, oh Jehová, librarme; Jehová, apresúrate a socorrerme. 

En este versículo, David clama con urgencia a Dios, reconociendo su total dependencia del Señor en medio de la angustia. No trata de resolverlo todo por sí mismo, sino que corre hacia Aquel que puede librarlo. Este ruego revela una fe viva: la confianza de que Dios no se tarda, sino que llega en el momento preciso.Cuando te sientas rodeado por dificultades, recuerda que no estás solo. Dios escucha tu clamor y se apresura a socorrerte porque su amor no conoce demora.

Oración: Señor, cuando la aflicción me rodee, ayúdame a confiar en tu pronto auxilio. Ven a mi encuentro, fortaléceme y líbrame, porque solo en Ti hallo refugio y esperanza. Amén.

gozo y siembra

Salmos 126:5.  "Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán."  

La vida cristiana muchas veces nos lleva a sembrar en medio del dolor, la incertidumbre o la pérdida. Pero este versículo nos recuerda que ninguna lágrima derramada en fidelidad a Dios es inútil. Cada oración hecha con fe, cada sacrificio en obediencia, y cada paso dado en medio del llanto, están preparando una cosecha de gozo. Dios convierte las lágrimas en fruto y el sufrimiento en testimonio. Aunque el proceso sea duro, el final siempre será de alegría para quienes confían en Él. 

Oración: Señor, gracias porque mis lágrimas no son en vano. Ayúdame a seguir sembrando en fe, confiando en que Tú transformarás mi dolor en gozo y mi siembra en una abundante cosecha de bendición. Amén.

el mejor camino

Proverbios 16:9 “El corazón del hombre piensa su camino; mas Jehová endereza sus pasos.”

Esta palabra nos recuerda que, aunque hacemos planes y trazamos metas, es Dios quien tiene el control final de nuestras vidas. Él dirige nuestros pasos con sabiduría y propósito, incluso cuando no entendemos el rumbo. Confiar en el Señor significa rendirle nuestros planes y permitir que Su voluntad sea la brújula que nos guíe.

Oración: Señor, guía mis pasos conforme a Tu voluntad. Que mis planes estén alineados con Tu propósito y mi confianza permanezca firme en Ti, sabiendo que solo Tú conoces el mejor camino para mi vida. Amén.

cerco de proteccion

Salmos 34:7 “El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, y los defiende.”

Qué consuelo tan grande saber que no estamos solos. El Señor envía a Sus ángeles para rodear y proteger a quienes le temen. En medio del peligro, la incertidumbre o el temor, Dios levanta un cerco invisible de cuidado divino. Su presencia es nuestro escudo, y su amor, nuestra defensa. Temer a Dios no es vivir con miedo, sino confiar plenamente en Él y caminar en obediencia, sabiendo que Su poder nos guarda cada día.

Oración:Señor, gracias por tu protección constante. Ayúdame a vivir con reverencia y confianza en ti, sabiendo que tus ángeles me rodean. En tus manos estoy seguro. Amén.


familia de la fe

Efesios 2:19 “Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios.”

Este versículo nos recuerda que, por medio de Cristo, hemos sido adoptados en la familia de Dios. Ya no somos extraños ni estamos lejos, sino parte de un hogar eterno donde somos amados, aceptados y llamados a vivir en comunión con los santos. Nuestra identidad ya no se define por el pasado, sino por la gracia que nos ha hecho hijos e hijas del Padre celestial. 

Oración: Señor, gracias por hacerme parte de tu familia. Ayúdame a vivir con la certeza de tu amor y a reflejar la unidad y la comunión que tengo contigo y con mis hermanos en la fe. Amén.

verdaderos tesoros

Mateo 6:19 "No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan."

Jesús nos recuerda que las riquezas terrenales son pasajeras. Todo lo material puede perderse o destruirse, pero lo que hacemos para Dios permanece para siempre. Invertir en lo eterno —en amor, fe, obediencia y servicio— es construir un tesoro incorruptible en el cielo. Nuestro corazón siempre seguirá aquello que más valoramos; por eso, debemos asegurarnos de que nuestro mayor tesoro sea Cristo.

Oración:Señor, enséñame a valorar lo que tiene valor eterno. Que mi corazón no se aferre a lo temporal, sino que busque agradarte a Ti y acumular tesoros en el cielo. Amén.


reconciliación

Romanos 5:1“Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.” 

La fe en Cristo nos abre la puerta a una paz que el mundo no puede ofrecer. Ya no estamos bajo condenación ni separados de Dios, sino reconciliados con Él. Esta paz no depende de las circunstancias, sino de una relación restaurada con nuestro Creador. En Cristo, el alma cansada encuentra descanso, el corazón culpable encuentra perdón y la mente inquieta halla calma.Oración:Señor, gracias por la paz que me das a través de Jesucristo. Ayúdame a confiar cada día en tu gracia y a vivir en la seguridad de tu amor. Amén.

lo eterno

2 Corintios 4:18 “no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.

El apóstol Pablo nos recuerda que nuestra mirada debe estar puesta más allá de lo visible. Lo que hoy duele, pasa; lo que hoy brilla, se apaga. Pero lo eterno —la presencia de Dios, Su amor, y las promesas en Cristo— nunca se desvanecen. Cuando aprendemos a mirar con los ojos de la fe, encontramos esperanza incluso en medio de las pruebas, porque sabemos que lo eterno tiene más peso que lo momentáneo.

Oración: Señor, enséñame a mirar con tus ojos. Que mi fe no se detenga en lo visible, sino que se fortalezca en tus promesas eternas. Amén.


en todo tiempo

Santiago 5:13 ¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga oración. ¿Está alguno alegre? Cante alabanzas.

Este versículo nos recuerda que en toda circunstancia, Dios debe ser nuestro primer refugio. Si estamos pasando por dificultades, la oración nos conecta con Aquel que tiene poder para consolarnos y sostenernos. Y si disfrutamos de tiempos de alegría, la alabanza es la mejor respuesta para reconocer Su bondad. La vida del creyente debe estar marcada por una constante comunión con Dios: orando en la prueba y alabando en la victoria.


Oración: Señor, enséñame a buscarte en todo momento. Que en la aflicción te hable con fe, y en la alegría te exalte con gratitud. Amén.

 

fuerzas para esperar

Salmo 31:24 “Esforzaos todos vosotros los que esperáis en Jehová, y tome aliento vuestro corazón.”

Este versículo nos recuerda que la esperanza en Dios nunca es en vano. En medio de la debilidad, el Señor nos llama a cobrar ánimo, a mantener firme el corazón y a confiar en que Él obrará a su tiempo. La fuerza que necesitamos no nace de nosotros, sino de la fe en un Dios que nunca falla.

Oración: Señor, fortalece mi corazón cuando sienta desmayar. Hazme confiar en tus promesas y esperar en ti con valor y esperanza renovada cada día. Amén.


fecundidad espiritual

Juan 15:5 "Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer."

Este versículo nos revela el secreto de la fecundidad espiritual: la conexión vital. No se trata de esforzarse por producir fruto por cuenta propia. La verdadera productividad en el Reino nace de permanecer en Cristo, como un sarmiento unido a la vid que le da vida, savia y nutrientes. 

La palabra "permanece" nos habla de una dependencia continua y consciente. No es una visita esporádica, sino una estancia constante en Su presencia, en Su Palabra y en Su amor. Es reconocer que toda nuestra fuerza, creatividad y capacidad para amar fluyen de esa unión con Él. El fruto es la consecuencia natural, no el objetivo forzado. 

La pregunta para nosotros es: ¿Estoy intentando producir fruto con mis propias fuerzas, lo que solo genera agotamiento y frustración? ¿O estoy cultivando día a día esa conexión vital con Jesús, la única fuente verdadera? La advertencia es clara y humillante: separados de Él, nuestra actividad más frenética es, en esencia, "nada". La verdadera vida y productividad tienen su raíz en permanecer en Él.


seguridad eterna

y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Juan 10:28 

Jesús dijo: “Yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano”. Estas palabras expresan la seguridad eterna del creyente. En Cristo estamos protegidos, sostenidos y guardados por su poder.Nada ni nadie puede separarnos de su amor. Él es nuestro Pastor fiel que nos da una vida que no se extingue y una esperanza que nunca se desvanece. 

Oración: Señor Jesús, gracias por darme vida eterna y por guardarme en tus manos. Ayúdame a vivir confiado en tu protección y en tu amor que nunca falla. Amén.

no estamos desamparados

Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré; Hebreos 13:5.

Dios nos promete: “No te desampararé, ni te dejaré”. Estas palabras llenan el corazón de consuelo y seguridad. Aun en los momentos más difíciles, su presencia permanece constante. Él no abandona a sus hijos, sino que los sostiene con amor y fidelidad. En Cristo encontramos compañía en la soledad, fortaleza en la debilidad y esperanza en toda circunstancia.Oración:Señor, gracias por tu promesa de nunca dejarme solo. Que tu presencia sea mi refugio y mi paz cada día. Amén.

buen alimento

Juan 6:35 Jesús declaró: “Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre”. 

Con estas palabras, Él revela que solo en su presencia encontramos el alimento que satisface el alma. No se trata del pan que perece, sino de una comunión constante con Aquel que da vida eterna.En Cristo, nuestra hambre espiritual se sacia. Él nutre nuestro corazón con su verdad, fortalece nuestra fe y nos llena de esperanza. 

Oración: Señor Jesús, Pan de vida, alimenta mi alma con tu presencia cada día. Que nunca busque saciarme fuera de Ti. Amén.


el cuida de mi

"No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas". Mateo 6:31-33

Cuando mantenemos nuestros ojos enfocados en Dios, nos acordamos de su amor por nosotros, y nos damos cuenta de que realmente no tenemos nada de qué preocuparnos. Dios tiene un plan maravilloso para nuestras vidas, y parte de ese plan incluye su cuidado por nosotros. Incluso en los momentos difíciles, cuando parece que a Dios no le importa, podemos poner nuestra confianza en el Señor y concentrarnos en su reino. Dios se hará cargo de todas nuestras necesidades! 🔥🔥🔥


subiendo al monte

Juan 6:3 Entonces subió Jesús a un monte, y se sentó allí con sus discípulos.

Jesús buscaba momentos de quietud para estar con sus discípulos, lejos del bullicio y las multitudes. En ese monte, no solo enseñaba, sino también fortalecía sus corazones. Así también hoy, Él nos llama a apartarnos del ruido del mundo para sentarnos a sus pies, escuchar su voz y renovar nuestras fuerzas en su presencia. En la calma con Cristo, encontramos dirección, paz y propósitoOración:
Señor Jesús, enséñame a detenerme y subir contigo al monte de la comunión. Que en tu presencia halle descanso, sabiduría y fortaleza para seguir tus pasos cada día. Amén.

lo que creemos

Romanos 1:17 “Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.”

Este versículo nos recuerda que la vida cristiana no se sostiene por obras ni por méritos humanos, sino por la fe en Jesucristo. La justicia que agrada a Dios no nace de lo que hacemos, sino de lo que creemos: que Cristo es nuestro Salvador. Cada día somos llamados a vivir “por fe”, confiando en Su gracia incluso cuando no vemos el camino claro. La fe no solo nos justifica, sino que también nos sostiene y nos guía paso a paso.

Oración: Señor, enséñame a vivir cada día por fe, confiando en tu justicia y no en la mía. Que mi vida refleje la esperanza que viene de creer en ti. Amén.


libres de amargura

Hebreos 12:15 Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados."

La amargura es como una raíz oculta en el corazón: pequeña al inicio, pero capaz de destruir la paz y la comunión con Dios si no se arranca a tiempo. Este versículo nos llama a cuidar nuestro interior, a no permitir que el resentimiento o el dolor nos aparten de la gracia divina. Solo cuando perdonamos y dejamos el peso en manos de Dios, su amor limpia nuestro corazón y nos da libertad para vivir en paz.

Oración: Señor, examina mi corazón y arranca toda raíz de amargura. Que tu gracia llene mi vida y me permita perdonar, amar y vivir en tu paz cada día. Amén.


El Olivo de Simeón

En una aldea de tierra seca y sol ardiente, vivía un hombre llamado Simeón, un humilde campesino que había leído muchas veces el 

Salmo 1: “Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo...”

Soñaba con plantar un olivo que diera fruto por generaciones. Así que un día, con sus propias manos, cavó un hoyo en la tierra dura y plantó una pequeña rama de olivo.

Pasaron los años. Cada día, Simeón caminaba hasta su olivo con una vasija de agua, aunque muchas veces no tenía suficiente ni para él.

Lo regaba, lo protegía del viento, y oraba:
—Señor, tú haces crecer al que confía en ti.
Los vecinos se burlaban:
—¡Ese árbol nunca crecerá! ¡Esta tierra es estéril!
Pero Simeón no dejaba de cuidar su olivo.

Un año vino la sequía. Otro año, una plaga. A veces parecía que el árbol moriría. Pero él recordaba las palabras de  Gálatas 6:9: “No nos cansemos de hacer el bien, porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos.”

Finalmente, después de muchos años, cuando sus cabellos ya eran blancos, el olivo floreció. Dio frutos grandes y aceite abundante. Los hijos de los que se burlaron ahora venían a pedirle semillas.

 

Simeón sonrió y dijo:
—No fue mi fuerza, sino la fidelidad de Dios. Yo sólo perseveré.

Moraleja:
Como Simeón, quienes confían en Dios y no se rinden, verán fruto en su tiempo. La perseverancia, alimentada por la fe, siempre da cosecha.

amor Paternal

Deuteronomio 1:31 “Y en el desierto has visto que Jehová tu Dios te ha traído como trae el hombre a su hijo, por todo el camino que habéis andado hasta llegar a este lugar.”

En cada paso del desierto, Dios mostró a Israel Su amor paternal. No los dejó solos ni un instante, sino que los llevó en brazos cuando se cansaron. Así también hace con nosotros: en medio de las pruebas, cuando sentimos que no podemos más, Él nos sostiene con ternura y nos guía hacia el propósito que ha preparado. Nuestro Padre no solo nos muestra el camino, Él mismo nos lleva por él.

Oración:
Señor, gracias por llevarme en tus brazos cuando mis fuerzas se acaban. Ayúdame a confiar en tu cuidado y recordar que nunca camino solo, porque Tú siempre estás conmigo. Amén.

buscando lo importante

Salmo 42:1-2 Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿cuándo vendré y me presentaré delante de Dios?

El salmista expresa una profunda necesidad espiritual: su alma tiene sed de Dios. No busca solo consuelo o bendiciones, sino la misma presencia del Dios vivo. Así como el ciervo desespera por el agua que da vida, el creyente anhela la comunión con su Creador. Esta imagen nos recuerda que nada en este mundo puede saciar la sed del alma, solo el amor y la presencia de Dios pueden hacerlo.

Oración:

Señor, pon en mí un corazón que te anhele más que cualquier otra cosa. Que mi alma tenga sed de tu presencia y encuentre en ti la fuente de vida que nunca se agota. Amén.


fuente eterna

Juan 4:14 “Pero el que beba del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.”

Jesús nos ofrece algo que nada en este mundo puede igualar: el agua viva que sacia el alma. Las cosas terrenales pueden calmar nuestra sed por un momento, pero solo Cristo llena el corazón con verdadera paz y propósito. Cuando permitimos que Su presencia habite en nosotros, esa fuente interior fluye constantemente, renovando nuestra fe y dándonos vida abundante, aun en medio del desierto.

Oración:

Señor Jesús, gracias por ser mi fuente inagotable de vida. Llena mi corazón de tu agua viva, y haz que tu Espíritu fluya en mí cada día, para nunca más tener sed fuera de Ti. Amén.